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Introducción a los Apocalipsis
Publicaciones Orden de Sion - Enseñanzas para el Crecimiento Interior
Escrito por María de Aquitania   
Martes, 14 de Abril de 2009 20:44

 

El motivo fundamental del Resurgimiento de la Orden, es la proximidad de la Parusía, el retorno del Cristo. Es cierto que el Cristo, vuelve con unos ejércitos de Caballeros y Amazonas Blancos; pero todo el ejército en marcha o en operación de conquista, posee una vanguardia y un elemento precursor, destinado a favorecer las mejores condiciones posibles para este desplazamiento o para este desembarque celestial.

El primer advenimiento fue preparado por un elemento precursor de la Milicia Crística, que conocemos bajo el nombre de la Orden de los Hijos de la Luz, nuestros hermanos Esenios. El segundo advenimiento, aunque ocurrirá en condiciones totalmente distintas, también deberá ser preparado por el Egregor Terrestre de la Santa Milicia, en unión lo más estrecha posible con el Egregor Supraterrestre. Todos los objetivos de la Orden, convergen hacia este acontecimiento, el más extraordinario de todos los tiempos: El retorno del Cristo a la Tierra en Gloria Solar, el Verbo Encarnado que vuelve con toda Su Potencia, e instantáneamente, todo cambiará en la Tierra, puesto que como dice Pablo, se producirá una transmutación inmediata de los discípulos que le esperan aquí abajo, y ésto nos da una idea de la Fuerza de Transformación que llevará con Él y que seguramente, afectará a la Tierra entera en sus Cuatro Elementos y sus tres Reinos.

La proximidad de la Parusía, es pues el único motivo de la presencia del Temple en esta Tierra, y solo da una explicación sensata y veraz de lo que ocurre actualmente en el mundo. Pero este mundo, hermanos y hermanas, no sabe nada de ese retorno y peor todavía, no lo quiere saber. El mundo cristiano, no sabe nada de este retorno, porque sus pastores o lo niegan (a pesar de las 300 citaciones que lo mencionan en el Nuevo Testamento); o dicen que ya ha vuelto el Cristo por medio de los Sacramentos, o a lo mejor dicen que volverá, sí, pero mucho más tarde, dentro de siglos quizás.


Ahora, como antes, a los Templarios nos tachan de “iluminados”, de locos, y esta gente no sabe que nos hacen un gran honor tachándonos de ello, porque los que parecen locos a los ojos de los hombres, tienen alguna posibilidad de ser menos tontos a los ojos de Dios y en especial, cuando se trata de cumplir Su Voluntad.

Nuestra iluminación espiritual, está sustentada por revelaciones Divinas, por comunicaciones averiguadas y confirmadas, por profecías ya realizadas, por signos naturales y sobrenaturales, por estudios muy serios, por observaciones profundas y por la vigilancia ejercitada sobre el curso de los acontecimientos del mundo. Tenemos una fe adulta e indefectible, porque esta lucha de un Conocimiento de las cosas Divinas, aunque todavía débil, pero suficiente para saber de manera cierta, que este retorno está próximo. He aquí las bases principales de esta elaboración espiritual:

1) Los signos anunciados por el propio Cristo para permitir a Sus discípulos de saber con exactitud el momento de Su retorno. La misma Palabra afirmó que “ el mundo pasará, pero Mis Palabras no pasarán”. Por Su Palabra, todo ha sido creado, fuera de ella, nada ha sido creado. Para nosotros, la Palabra del Señor es una garantía absoluta, pues es la Palabra que nos juzgará a todos (es un arcano del Evangelio de Juan): “El que no da crédito a la Palabra del Cristo, no pude llamarse Su discípulo”.

2) El Apocalipsis Marial. Para nosotros, María es la personificación de la Madre Universal: Por Ella, todo es manifestado, es Ella la que manifiesta el Verbo encarnado. No se puede llegar al Corazón del Cristo sin pasar por Ella.
Desde su primera aparición en 1.830 en la rua du Bac, en París, Nuestra Madre y Jefa, está avisando a los hombres de los acontecimientos dramáticos del fin de los tiempos, e incitándoles a convertirse, es decir, a cambiar de comportamiento. Es el 27 de Noviembre de 1.830, que María, vestida con una túnica blanca, los pies sobre el globo del Universo, da las instrucciones para hacer la primera medalla de los dos Corazones unidos.
Después, La Sallette en 1.846, Lourdes en 1.858 y Banneus en 1.933. Son las 8 apariciones reconocidas oficialmente por la Iglesia romana, pero los Revelaciones Mariales no son tomadas en cuenta por los clérigos, e importantes mensajes para la humanidad como el tercer mensaje de Fátima, no han sido dados a conocer como lo quería María, y esto es gravísimo pues ¿qué poder o autoridad terrenal puede impunemente ir en contra de la Voluntad de la Divina Madre?.
Muchísimas apariciones han ocurrido desde 1.933 pues, a pesar de la obstrucción de la jerarquía eclesiástica, María avisa a Sus hijos, a Sus fieles, a los verdaderos discípulos de Su Hijo.
Repito que María y el Cristo son indisociables. La Madre y el Hijo son inseparablemente unidos en el Amor del Paráclito: Constituyen la Trinidad Divina en nuestro plano, y por consiguiente, el Apocalipsis Marial (Ella misma ha utilizado este término), es también la Palabra Divina. Y la Virgen, desde hace 175 años nos anuncia el fin de los tiempos, al tremendo pesar que tendrá el mundo, por haberse rebelado contra Dios y las Leyes Universales, por lo que deberán ser purificados por el fuego, para que el Reino de los dos Corazones unidos se instaure en la nueva Tierra.
María, madre Misericordiosa, dispensadora de todas las Gracias, había conseguido “un pedazo de Gracia” para que un número mayor de personas se convirtiesen, pero el plazo se ha acabado. La Palabra de María a Lucía, en Fátima que dice: “En la segunda parte del siglo XX, empezará a fraguarse lo que terminará siendo la tercera guerra mundial”. No hay más que ver la situación política planetaria para dudar que eso acabará ocurriendo.

3) Los Apóstoles, también han hablado del fin de los tiempos y particularmente Pablo, Pedro, Judas y por supuesto Juan. Pablo, habla de apostasía y de la aparición del Anticristo, con la gran confusión que reinará entonces en el mundo (1.Ti. IV, 1, 2). Muchos Padres de la Iglesia también, como San Agustín, San Gregorio el Grande, San Isidro, éste último predice que los hombres lucharán los unos contra los otros, los prelados abandonarán las ovejas y el pueblo se levantará contra los sacerdotes. Tenemos también, las profecías de San Malaquías, según la cual, el Papa actualmente en el Vaticano, será el último antes de Pedro el romano.
Y toda una cohorte de Iniciados, Santos, religiosos, místicos, videntes cuyas visiones coinciden en el dramatismo de los tiempos que estamos empezando a vivir. San Vicente Ferrer, en 1.401 dijo: Cuando las mujeres se vistan como los hombres pensad que tenéis encima el fin de los tiempos.
San Luis Girgnien de Montfort, San Juan Bosco, Teresa Neumann, la madre Elena Aiello, Mgr Breynat, el padre Pío, el Papa Juan XXIII ....y cuantos otros.
Podríamos mencionar también a Nostradamos, a pesar de que sus Centurias hayan sido objeto de recientes publicaciones sensacionalistas. Miguel de Nuestra Señora, que era su auténtico nombre, era un Iniciado, astrólogo y alquimista, ha visto claramente en el astral, el futuro de la humanidad hasta el final de los tiempos, que según él pasa poco del tercer milenio. La alquimia de la historia, realizada por un Arquimaestre Templario, llega a la misma conclusión y a la misma fecha, aunque ponga el final entre 1.999 y 2.013.


4) Los acontecimientos recientes o actuales de nuestro mundo, enseñan a los que no se tapan los ojos ni los oídos, que la humanidad corre directamente a una catástrofe. En algunos textos de la Orden, se han señalado una larga serie de hechos, de factores, de signos indicando de sobras que este mundo, no solo vive sobre un volcán nuclear, sino que se va destruyendo a sí mismo de varias maneras, y que el drama, sin pecar de catastrofistas, puede llegar en cualquier momento.
Podríamos añadir las observaciones recogidas también sobre la transformación registrada por nuestro planeta Tierra y que se manifiesta en cada vez más abundantes terremotos, inundaciones, huracanes, incendios, cambio de estaciones, etc. o simplemente un dato escalofriante: Mas de 40 millones de personas al año, mueren de hambre. Mas de 100.000 al día, por la injusticia humana.
La suma de todos estos datos, que no he hecho más que enunciar, bastarían para demostrar a cualquier hombre normal y corriente, dotado de razón y buen sentido, que el mundo está llegando a una etapa de cambio final, porque esto no tiene arreglo, y que esta civilización tan científica y técnica, puede desaparecer víctima de sus propios errores, como desaparecieron brutalmente otras civilizaciones como la Atlántida y la de Lemuria. Pero los hombres no quieren ver ni quieren oír; todos buscan una utópica felicidad en esta tierra que no es más que un valle de lágrimas, es decir, de aprendizaje.

Solo un pequeño número de personas, bastante reducido, estudian estos datos, los analizan, los comparan y averiguan, sobre todo, vigilan los acontecimientos, para saber con exactitud a que punto de la tragedia hemos llegado o estamos llegando, para poder tomar todas las disposiciones a su alcance. Es un trabajo, que en primer lugar, incumbe a nosotros, los Templarios, puesto que nuestra misión fundamental, es la preparación a la Parusía que engloba varios objetivos entre los cuales, la reunión de los Hijos dispersos del Padre, para que cuando venga la gran tormenta, el rebaño esté reunido, puesto aparte y protegido.
Esto implica también el Conocimiento, el más exacto y preciso posible de los acontecimientos finales, Conocimiento que ya fue dado por el Señor a Su discípulo bien amado, y que éste ahora nos ha transmitido en un libro cerrado con los 7 sellos. Ahora que hemos asimilado las claves y arcanos de Su Evangelio y que los pondremos a disposición de los que puedan recibirles. Los Maestros, nos han dado instrucciones para abrir éste libro hermético.

ESTUDIO PRELIMINAR


Su título verdadero es “Revelación de Jesucristo”. Apocalipsis, viene del verbo griego que significa “revelar, descorrer el velo, descubrir”- El género apocalíptico tuvo éxito en la época en que escribía Juan, y son conocidas muchas obras apócrifas, como el libro de Enoch, el libro de los Jubileos, los Testamentos de los 12 Patriarcas; los Secretos de Enoch, el Apocalipsis de Abraham, de Isaías, de Baruc, de Ezequiel, etc. Tienen el común, el pretender descubrir a los hombres, sucesos futuros referentes al pueblo de Dios y la venida de los tiempos escatológicos.

Características de los libros apocalípticos:

· La pseudonimia para evitar persecuciones.
· El esoterismo. El Apocalipsis, es una revelación dirigida a ciertos hombres, en principio Iniciados.
· El elemento principal es el anuncio de cosas futuras.
· El simbolismo: Espada, palma, corona, candelabros, estrellas, etc.
· La numerología y colores esotéricos.

En consecuencia, el Apocalipsis no puede ser correctamente interpretado por el intelecto ni la imaginación, sino por la inteligencia del corazón, que es sola capaz de saltar de los símbolos, números y colores, por medio de las analogías hasta los arquetipos.

 

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