Una vez las tengamos todas formadas, las pasaremos por huevo, pan rallado y, finalmente, las freiremos en una sartén con abundante aceite vegetal hasta que queden bien doradas.

Una vez fritas las croquetas, las depositaremos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Si se diera el caso de que la masa de croquetas nos ha quedado algo blanda, entonces podremos añadirle un poco de harina para que ésta adquiera una mayor consistencia.

Estas croquetas están riquísimas si se acompañan con una salsa de tomate casera.

Estas croquetas son una estupenda y original idea para hacer que los más pequeños de la casa consuman legumbres, ya que este alimento no suele tener demasiada aceptación dentro de este colectivo.

Las lentejas, como el resto de legumbres, destacan por su alto contenido en hidratos de carbono complejos y por sus vitaminas vegetales. También son ricas en una amplia variedad de minerales, tales como el hierro, el magnesio, el potasio y el fósforo.

Al contener una cantidad de grasa insignificante, estas croquetas podrán incluirse en cualquier receta, siempre y cuando no se abuse de su consumo.

También encontramos verduras en esta receta, las cuales van a enriquecer el plato con sustancias de acción antioxidante, como los betacarotenos de la zanahoria y las sustancias sulfuradas de la cebolla.