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Las Virtudes (X)
Publicaciones Orden de Sion - Enseñanzas para el Crecimiento Interior
Escrito por María de Aquitania   
Lunes, 18 de Octubre de 2010 00:00

La Prudencia. Para saber vivir el presente.

Es la Prudencia una sabiduría práctica, de la acción y en la acción, porque acción sin prudencia la mayoría de las veces significaría una catástrofe. Examinando los pros y los contras, eligiendo un camino y descartando otros, evaluando y discerniendo, la Prudencia es el arte de vivir el bien. Sabiduría, sensatez, tacto, tino, discreción, cordura, juicio, serenidad, ponderación, precaución, cautela, pies de plomo, tira y afloja... Recordemos, seamos astutos y prudentes como serpientes y cándidos y sencillos como palomas.

El prudente es moderado. El moderado es constante. El constante es imperturbable. El imperturbable vive sin tristeza. El que vive sin tristeza el feliz. Luego el prudente, es feliz.

Si esto es así, el perfil del sabio deberá coincidir con el del prudente, es decir, con el maestro o el padre que sabe discernir sin alocamiento, nos lleva como niños y nos enseña a conducirnos en la vida como es menester. El prudente que en verdad lo es, hará por resolver los conflictos del mejor modo posible, ocasionando el menor daño, aunque a veces haya de buscar el mal menor y tenga que sacrificar los valores más bajos a los más altos.

Prudencia es sobre todo, el arte de encontrar el tiempo para cada valor, y eso precisa tiempo, errores y tanteos. El prudente nace, pero sobre todo se hace, y disponemos de toda la vida para desplegar ese arco de valores, pero debemos no errar demasiado, ya que tenemos que encontrar a toda costa, el tiempo para ser leales, justos, sobrios, alegres y compasivos. Todo tiene su tiempo y su oportunidad, hay tiempo de trabajar y tiempo para descansar. Prudencia, es saber distinguir las cosas deseables de las que conviene evitar y que a veces conviene cerrar un ojo, pero no es prudente cerrar los dos al mismo tiempo.

(continuará)

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