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Peregrinaciones. El camino iniciático de Santiago (2ª parte) (I)
Publicaciones Orden del Temple - Peregrinaciones. El Camino de Santiago
Escrito por María de Aquitania   
Jueves, 02 de Diciembre de 2010 00:00

Realizar el Camino de Santiago en el siglo XXI, da por sentado en nosotros, la necesidad de una interiorización espiritual. Estamos en una sociedad, que nos hace ser mediocres, a pesar de un aparente estímulo a destacar sobre los demás, lo cual nos obliga casi siempre, a trabajar en lo que no nos gusta, en tareas muchas veces alienantes, y a dedicar a ello una enorme cantidad de horas, para ganar lo suficiente y poder pagar, todo aquellos que nos señala como “triunfadores”, pero que en realidad no podemos disfrutar, ya que cuando llega la noche o el fin de semana, estamos realmente exhaustos y con ganas solo de “tirarnos” en una butaca, ver la TV y dormirnos con ella.

Por esta realidad, que no queremos admitir ni reconocer, vemos que estamos inmersos en una carrera despiadada, engañados por el consumismo sin sentido, creyendo que llegaremos a resultados distintos de los reales. Intentamos aparentar, nos rodeamos de objetos caros, coches, electrodomésticos sin fin, y en resumen una enorme carga inútil la mayor parte, que no nos confiere ninguna dimensión espiritual. Pasamos así por la vida, dándonos cuenta de que hemos comido, bebido, tocado y adquirido, todo lo que le interesa a las grandes empresas, a los hombres de negocios, pero que nuestra vida interior, escasa o nula, ha sido dirigida con un auténtico lavado de cerebro, y acabamos quemados, asqueados y desengañados de la respuesta de los demás hacia nosotros. Así que alienados y temerosos, nos vemos rodeados de una muchedumbre que a su vez está solitaria, que dan a nuestro sopor promesas engañosas, al parecer solo exitosas por medio del sexo promíscuo, la violencia, y una pseudocultura abyecta.

Lo que demuestra hasta que punto estamos materializados, reside en lo que inicialmente nos impulsa a hacer el Camino de Santiago, como si en principio fuera una organización turístico-piadosa, una especie de organización del ocio en algo distinto. Si ese triunfalismo económico-social ha cerrado el horizonte a muchas generaciones de hombres y mujeres que lo han asumido, parece ser sin embargo, que hace ya unos pocos años bulle en el corazón de muchos, más o menos jóvenes un movimiento de rebeldía ante la situación que estamos viviendo casi por obligación.

Por eso, cuando la persona descubre que en su vida no tiene nada importante en realidad, no encuentra una meta y está al límite, es el momento de conquistarse, analizarse y obrar en consecuencia. Muchos de estos desanimados, vuelven su cabeza hacia el Islam, y allí van a intentar reconstruirse por dentro, buscando en doctrinas orientales esa paz y conquista de sí mismo que van buscando, pero hemos de considerar, que los occidentales por la diferente mentalidad, no suelen encontrar la mayoría de las veces, el sosiego que andaban buscando, ya que el hombre occidental no puede renunciar al uso de la razón, la dialéctica, la critica, todo lo que intelectualmente ha asumido desde su infancia en mayor o menor grado. Con todo ello, ya le resulta también difícil el planteamiento y el desarrollo Iniciático, por los condicionantes de nuestra propia cultura, sin darse cuenta, que para el crecimiento espiritual, hace falta mucho más que la lógica y el raciocinio.

(continuará)

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