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San Bernardo de Clairvaux II
Publicaciones Orden del Temple - Personajes Emblemáticos
Escrito por María de Aquitania   

Procesión Monjes

 

Bernardo de Claraval, era un hombre de gran magnetismo, vehemente pero no exento de cierta timidez. Muy generoso, pero a veces un tanto polémico. Su salud fue frágil desde su juventud, al parecer por una gastritis crónica que evolucionó hacia una úlcera de estómago, que le causaba bastantes molestias, ya que tampoco le prestaba la atención debida. Todo ello le daba un aspecto pálido y demacrado, teniendo etapas de un enorme cansancio, mas a pesar de ello, se sobreponía y no se dejaba ganar por el desaliento.

Bernardo era un hombre muy objetivo, y en cierto modo era pesimista en relación a la naturaleza de la que es un gran observador. Para él, la mayor armonía era la vida en el Cister, donde la expresa en su forma de construir las abadías, como unía el orden y la gracia a pesar de la gran escasez de medios. Se ha discutido mucho de si era un filósofo, pero en realidad era mas bien un pensador, un humanista, que observa la vida y reflexiona sobre lo que ve, poniendo luego en todo lo que hace un exquisito perfeccionismo

Bernardo era un monje en el más amplio sentido de la palabra. Estudiaba el texto sagrado de la Biblia, que tenía completamente asumido, y hablaba recurriendo con frecuencia a sus textos porque para él, la Biblia es la Palabra de Dios. Gracias a sus grandes cualidades y formación, se convierte un una persona letrada, en un verdadero maestro, pues a todo lo que aprende le añade su experiencia espiritual, lo cual conmueve sin duda a todo el que le escucha, pues no se puede en realidad saber de Dios si no vives en Él.

Bernardo es un místico muy especial, pues sus conceptos sobre la fe son muy particulares sin dejar de ser ortodoxo, y todo lo que expone es de una grandísima profundidad. Fue un grandísimo literato, escribiendo numerosas obras y estuvo haciéndolo hasta poco antes de morir. Nunca hablaba palabras vanas y cuidaba muchísimo su vocabulario y forma de expresarse.

Se cuenta que solo fue monje durante los primeros años de su vida, aunque hizo muy pronto su noviciado y muy joven (solo 25 años) ya fue nombrado abad del monasterio de Claraval, cargo que desempeñó durante 38 años. Para él fue una verdadera obsesión expandir la forma de vivir e ideales que había en su monasterio. Acogía amorosamente los novicios que se acercaban, y formándolos profundamente, una vez consolidados en sus conocimientos, los enviaba a abrir nuevos monasterios, siendo éste uno de sus principales problemas, ya que quería a todos sus monjes en Claraval y hace valer toda su influencia para captar nuevas vocaciones, en detrimento de otras órdenes monásticas.

Los escritos de Bernardo muestran su doctrina, pero no como la administraba a sus monjes, él sabía que tenía una obligación y como había de cumplirla, teniendo muy claro cuales eran sus deberes monásticos y el valor que tenían, viviendo y obedeciendo según la Regla.

Tampoco olvidó a las monjas fuera cual fuere su Congregación, y algunas captó para el Cister

La caridad y obras sociales de Bernardo tuvieron una gran fama, desde su monasterio hacia otros conventos y luego expandida por el mundo. Intervino en muchos asuntos públicos de la Iglesia y se dice que era un Papa en la sombra, tal era su influencia y capacidad de convencer con sus argumentos, consejos y enseñanzas. Tuvo grandes amistades con personajes muy notables, incluido el mismo rey Luis de Francia, y sería muy largo y prolijo poder enumerar los hechos en los que participó y las nobles personas con las que se relacionó. Así que en próxima aportación, seguiremos mostrando algunos de los acontecimientos fundamentales en que intervino, lo cual nos permitirá comprenderlo mucho mejor.


(continuará)
 

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