En esta imagen puede verse uno de los flancos de la muralla. Al fondo, un baluarte dotado de cañoneras y su correspondiente garita en el vértice. Cada cañonera disponía de una plataforma artillera enlosada de forma trapezoidal a fin de disponer de ángulo de tiro.

En esta otra imagen podemos hacernos una idea de las dimensiones del recinto. A la izquierda tenemos la puerta principal. Sobre ella, el antiguo castillo medieval con su torre del homenaje. A la izquierda, la iglesia matriz y la casa del gobernador. El enorme grosor de las murallas hacían inservibles las piezas de tiro directo contra ellas. Para reducir una fortaleza así eran necesarios morteros que, con su trayectoria parabólica, podían bombardear con granadas el interior de la misma. Con todo, el fuerte de Juromenha fue ocupado por las tropas españolas en 1662, permaneciendo en poder de España hasta seis años después, siendo devuelto a Portugal tras la firma del Tratado de Lisboa.

Valga pues esta reseña para invitar a los amantes de este tipo de fortificaciones a que la visiten. Su acceso es libre, y no queda lejos de Elvas, donde también se pueden admirar sus potentes murallas y los cercanos fuertes de Santa Lucía y de Gracia.

No lejos de Juromenha podemos ver los restos del Puente de Ayuda, destruido por las tropas españolas durante la Guerra de Sucesión en 1709, impidiendo así el paso a Olivenza a los portugueses. Pero eso es otra historia...

Non Nobis

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