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La toma de Sevilla y nuevas posesiones del Temple
Publicaciones Orden del Temple - Cartulario de la Orden del Temple
Escrito por María de Aquitania   
Martes, 28 de Julio de 2009 00:00

Sevilla. Patio de Banderas

 

Autor del texto: Fr. E.C.

  

La Orden del Temple contribuyó, igualmente, a la toma de Sevilla. Una vez alcanzada, formó compás propio (espacio con jurisdicción particular) en la ciudad. Se sitúo en la zona de la Pajería –actual calle Zaragoza y vías adyacentes-, en la principal collación de la ciudad, la de Santa María, y se extendió desde la Huerta de San Francisco –hoy plaza del mismo nombre y parte de Plaza Nueva- a la muralla que existía junto a la Puerta del Arenal. Y en las Casas de la Pajería se ubicó la plana mayor templaria llegada a la capital andaluza. Se constituyó como priorato, dependiente de la encomienda de Jerez, y con la función central de alojar las huestes de la frontera, ofrecer residencia a los transeúntes y, muy especialmente, mantener a la Orden en conexión con la Corona, dado que tanto Fernando III como Alfonso X fijaron en Sevilla su residencia. Por ello, el priorato hispalense albergó con frecuencia a la élite templaria de Castilla-León.


Como compensación al apoyo prestado en la conquista, cabía imaginar que la Orden solicitaría posesiones al norte del Reino de Sevilla, en la serranía onubense, con el fin de expandir el área de dominio del poderoso Bayliato de Jerez. Sin embargo, los templarios optaron por tierras ubicadas al otro extremo de la hoy provincia de Huelva, exactamente en su zona sur. ¿Por qué esta elección?. Pues porque el Temple buscaba una salida al Océano Atlántico en el sur de la península y frente a las cercanas costas africanas. Y otorgó a este objetivo mayor prioridad que aumentar los límites de un bayliato ya suficientemente extenso y consolidado. Fue por esto que el Temple se decantó por una serie de propiedades al sur y oeste del Reino de Sevilla.


Primeramente, consolidando las poblaciones colindantes con el reino de Niebla que ya habían hecho suyas en el proceso de conquista previo al asalto sobre Sevilla. En este marco hay que citar Villalba del Alcor (debe su topónimo a que fue tomada por caballeros templarios procedentes de la encomienda del mismo nombre sita entre Valladolid y Palencia), La Rábida, Saltés (isla fluvial ubicada en las Marismas del Odiel, junto a La Rábida) y Lepe (ciudad y costas).


En segundo lugar, el compás y priorato ya reseñados intramuros de la ciudad hispalense, con las funciones que han sido descritas (siguiendo a Juan Antonio Romero y su libro Los templarios en el Reino de Sevilla, el inmueble que actualmente es número 60 de la calle Zaragoza puede tener su base constructiva en lo que fue el edificio principal de la Orden).


Y, por fin, dos amplios territorios con riqueza agrícola que los templarios negociaron antes de la campaña y lograron con el reparto tras la toma de la urbe: Una alquería de cereales en Gozín, en el término de Fazialcazar, población ya desaparecida situada entre las localidades sevillanas de Utrera y Los Molares (en plena frontera con la zona controlada aún por árabes, que se hicieron fuertes en Ronda y su comarca); y la Hacienda de Refañana (Restinnana), rebautizada como el Temple por Alfonso X, con cereal y olivares, en los Campos de Tejada, específicamente en Tejada la Nueva (la Taliata romana; la Lobera árabe), también desaparecida, próxima a Escacena (Huelva).

De este modo, con la omnipresencia al norte del Bayliato de Jerez y la referencia político-estratégica del Priorato de Sevilla, la Orden del Temple, tras la conquista de la capital hispalense, fijó su dominio territorial en un triple eje:


- Sevilla–Fazialcazar: Por la extensión de la alquería de Gozín, hay que entenderla ligada directamente al priorato hispalense, una especie de extensión logística del mismo, fuente de rentas y alimentos y muestra del compromiso de la Orden en la tarea de asegurar las fronteras frente a los musulmanes.

- La Rábida–Saltés–Lepe: La anhelada conexión al Océano Atlántico, con las costas de Lepe como salida natural y con dos enclaves tan singulares como Saltés y, sobre todo, La Rábida (se volverá a ellos de inmediato).


- Campos de Tejada–Villalba del Alcor: La Hacienda de Refañana se configuró como punto de abastecimiento de la posesión de Villalba. Y, con esta base, el dominio templario se expandió a las áreas limítrofes de los genéricamente denominados Campos de Tejada: los territorios actuales de Castilleja del Campo, Escacena y Paterna (en este último término municipal, el Castillo del Alpizar –de factura almohade, pero presumiblemente construido sobre una villa romana- se transformó en uno de los bastiones templarios). Obviamente, la presencia de la Orden en esta comarca no sólo tenía interés intrínseco, sino que desempeñaba igualmente un significativo papel como enclave intermedio y enlace entre Sevilla y sus posesiones costeras.

 

(continuará)

 

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