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Simbología del Templo Cristiano (V)
Publicaciones Orden del Temple - Simbología

 

La Puerta


El hombre debe aprender el valor profundo de los gestos. El signo de la cruz hecho con agua bendita, suele ser un gesto maquinal y más aún el de entrar en la iglesia. Franquear el umbral, algo al parecer insignificante, tiene un misterio de tránsito.


La sacralidad del tránsito y de la puerta, adquiere todo su valor cuando se trata del Templo y por eso se colocan en las puertas Guardianes del Umbral: Arqueros, dragones, leones, etc., que tiene como cometido recordar al que se dispone a entrar, el temible paso que va a dar penetrando en recinto sagrado.

En ese lugar que separa lo santo del mundo profano, hay ese vacío y tiene algo prodigioso. A través de ella se pasa de un mundo a otro y se puede comprobar la enorme importancia que se le da a la puerta en las iglesias románicas y góticas, por la decoración que tienen, sobre todo en el pórtico principal.

Si la imagen del Templo es una imagen del mundo, él puede ser considerado como una puerta abierta al más allá, como dice la Escritura: “Que temible es este lugar, no es sino la Casa de Dios y la Puerta de los Cielos”.


La puerta se presenta como un nicho de base rectangular rematado por un arco de medio punto o mitral, es decir, que reproduce el coro de la iglesia, el cual es también un gran nicho descendiente de la caverna sagrada de los orígenes, como se ve en las iglesias bizantinas y románicas con su bóveda que señorea el Cristo Pantocrátor. Nótese además que los contornos del nicho y de la puerta reproducen el plano de todo el edificio: La puerta redondeada (como bóveda y cúpula) representa al cielo; el rectángulo (como la nave) representa a la Tierra; la puerta es pues a su vez un símbolo cósmico, pero también lo es místico. Cristo dijo: “Yo Soy la puerta por la que entran las ovejas”… “El que entrare por Mí se salvará”. La puerta del Templo se convierte en esa puerta mística y Crística mediante el rito de la consagración, en el transcurso del cual el Pontífice realiza una unción con el Santo Crisma sobre cada una de las jambas diciendo: “Que esta puerta sea bendita, consagrada, una entrada de salvación y de paz por intersección de Aquel que se denominó a Sí mismo la puerta: Nuestro Señor Jesucristo”.


La puerta incluye unos elementos fundamentales casi constantes. El tímpano ocupa la imagen de Cristo en Su Majestad y Gloria, siendo la escena más representada la del Juicio Final o el cielo abierto según el Apocalipsis; a veces vemos la escena de la Ascensión o Transfiguración. En todos los casos, es un Cristo glorioso, Señor del Universo. Aparece en un trono con la mano levantada y sosteniendo en la otra el Libro de la Vida, rodeado de la representación de los evangelistas. A sus costados vemos los doce Apóstoles y a veces los veinticuatro Ancianos del Apocalipsis o los coros angélicos. También suelen encontrarse a los dos San Juan, San Miguel y el episodio de las vírgenes prudentes y las necias. La arquivolta que rodea el tímpano, suele tener un friso vegetal que en general es una vid. Otro elemento ornamental lo constituye el Zodiaco con los trabajos correspondientes a cada signo y a cada mes.

La representación del Zodiaco reviste una importancia especial, pues materializa el cielo celeste, su movimiento, es decir, la actividad del Verbo en el mundo. Mientras el Verbo eterno, Segunda Persona de la Trinidad reina inmóvil en el centro de todo y sostiene el Libro de la Ley o Revelación del mundo, el cual es una revelación cíclica de Dios en el tiempo y en el espacio.

El círculo del Zodiaco se divide en cuatro partes, siguiendo los ejes que pasan por los equinoccios y solsticios, que sirven para determinar las estaciones. Estos también reciben el nombre de puertas celestes porque son lugares de paso de una estación a otra. El norte corresponde al solsticio de invierno, el sur al del verano; el este al equinoccio de primavera y el oeste al del otoño. Su nexo con la puerta es evidente ya que es considerada como una síntesis de las puertas celestes y sobre todo las solsticiales, imagen cósmica de la Puerta del Cielo que no es otra que el propio Cristo. Cuando se encuentra sobre el lado derecho o el izquierdo, el Zodiaco está dispuesto de forma que haga visible la división del ciclo anual en sus dos mitades, la una ascendente del solsticio de invierno al de verano y la otra descendente del solsticio de verano al de invierno, cuyos dos extremos vienen marcados por su Precursor, anunciando Su nacimiento y por el Apóstol amado, evocando Su vuelta gloriosa en el Apocalipsis. Esta es la razón por la cual se ven a menudo alrededor del Cristo en el tímpano a San Juan Bautista y San Juan evangelista, cuyas fiestas se sitúan en los dos solsticios.


Si consideramos no solo el gran pórtico, sino el conjunto de las puertas de la iglesia, vemos que se reparten siguiendo los cuatro puntos cardinales. Suele haber tres puertas a cada lado de la iglesia a imagen de la Jerusalén celeste. En la práctica, solo hay tres puertas en fachadas oeste, norte y sur, y al este las puertas son reemplazadas por otras aberturas: Las grandes vidrieras del ábside, que reciben al Sol naciente y son así puertas solares. El 12, también se encuentra en los 12 pilares de la nave marcados durante la consagración con 12 cruces y que representan a los Apóstoles, columnas espirituales de la iglesia. El friso vegetal, no es más que una estilización del Árbol del Mundo y en el Templo es una vid porque Cristo se ha asimilado a ella.

Otro motivo ornamental es el Crismón, el cual es una cruz inscrita en un círculo o más a menudo, el monograma de Cristo en un círculo.

 

Crismon

  Crismon

 

Este signo, análogo a la rueda cósmica, que es el diagrama del mundo mismo en su movimiento cíclico, estando las seis direcciones señaladas por los trazos de las letras X y P fusionadas a propósito, que corresponden a los trazos que determinan los dos ejes cardinales y el eje polar proyectado sobre un plano. Esta figura, es la imagen abstracta del Verbo Divino, bajo su doble aspecto de Verbo cósmico y Verbo encarnado con el nombre de Cristo. Este símbolo, grabado sobre las puertas de las iglesias, hace la asimilación a la Puerta de Cristo y también dio nacimiento al rosetón, cuyo carácter de rueda cósmica viene atestiguado porque a menudo tiene 12 radios y que en los medallones del contorno, están representados los signos del Zodiaco o los 12 Apóstoles, mientras que el centro lo ocupa el Cristo en majestad.

 

Rosetón (Cat. Chartres)

 

Convertido en rosetón, la rueda cósmica se ha elevado del dintel por encima de la puerta. En la fase gótica, las tres puertas con la rosa fueron rematadas con una gran moldura que se inspiraba en los arcos de triunfo romanos, que tenían valor sacral y eran puertas del Sol.



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