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Vía Crucis
Publicaciones Orden del Temple - La Pasión del Señor
Escrito por María de Aquitania   
Sábado, 30 de Marzo de 2013 00:00

DÉCIMO TERCERA ESTACIÓN. JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Desde el mediodía se oscureció toda la Tierra hasta las tres de la tarde. Hacia las tres de la tarde Jesús gritó con fuerte voz: “¡Elí, Elí, lemá sabactani!”, (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?). Algunos de los presentes al oírlo decían: “Este llama a Elías”. En aquel momento, uno de ellos fue corriendo a buscar una esponja, la empapó en vinagre, la puso en una caña y se la dio a  beber. Los otros decían: “¡Deja!, a ver si viene Elías a salvarlo”. Y Jesús, dando un nuevo fuerte grito, expiró. (Mateo, 27, 45-54).

ORACIÓN: Divino hermano bueno, ¿cómo podemos ofenderte viéndote muerto en la cruz?. Pies clavados en espera eterna. Brazos extendidos de perdón sin límites. Cuerpo roto. Costado abierto para darnos hasta la última gota de tu Amor. Infunde, Señor, en nosotros tu Espíritu, para que, muertos al pecado e inflados en la caridad, Divina energía, hagamos de nuestra vida un servicio de amor.

DÉCIMO CUARTA ESTACIÓN. JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y SEPULTADO.

Al caer la tarde, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. Se presentó a Pilatos, le pidió el cuerpo de Jesús y Pilatos mandó que se lo dieran. José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo depositó en su propio sepulcro nuevo, que había hecho excavar en la roca. Hizo rodar una losa grande para cerrar la puerta del sepulcro y se fue. (Mateo 27, 57-60).

ORACIÓN: Señor Jesús, ahora que tu cuerpo es bajado de la cruz, ahora que es sepultado, no nos abandones con tu Espíritu. Dirige tu mirada hacia nosotros y aléjanos de la tentación de dudar, de sucumbir al miedo. Estampa tu imagen en el sudario de nuestros corazones y José de Arimatea, danos valor para actuar abiertamente con fe y con amor.

Orden del Temple+++


 
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