Autor: M.C.R.+

En Lucas 11, los discipulos le piden a Jesús que les enseñe a orar. Saber orar es saber comunicarse con el Padre, el Ternario Superior de nuestra propia interioridad. Hablar con el Padre es comunicarse con la mejor parte de uno mismo, porque Dios no cabe en ninguna parte pero si cabe en el corazón del Hombre. Dios se esconde dentro de tí.

Jesús le contesta sin hacer referencia a muchas palabras, sino a una actitud, habla de una retirada a lo secreto y al silencio, al recogimiento en uno mismo y allí donde se produce el silencio, Jesús resuelve la contradicción entre la profundidad y la altura, porque cuanto más nos adentramos en el interior más subimos hacia el Cielo. Cuanto más hacia dentro, más hacia fuera.

Curiosamente a mayor profundidad no hay mayor aislamiento  o ensimismamiento, sino que aumenta la capacidad para notar la hondura de lo que nos rodea.La Intimidad con Dios es una apertura hacia el mundo, una capacidad de relacionarse que tiene en el Cristo la mayor de las enseñanzas. Jesús no espera a la gente, va hacia ella, surge al encuentro, sale al paso. Si Dios da consistencia a lo que existe la intimidad con Dios no puede implicar soledad. Jesús cuando se transfigura exige a sus discipulos volver a bajar la montaña.A mayor Unión con Dios, mayor unión con el prójimo, si esto no es así posiblemente nos esté tentando el maligno.

El Templario vive en lucha constante. Una Lucha interior que se manifiesta en el exterior. Contra la parte más material de sí y contra la más material de la Humanidad. Es la misma lucha. Los Templarios Medievales rezaban por el Alma del enemigo al que combatían porque no luchaban contra su enemigo, sino contra el enemigo de su enemigo. Luchaban por su Alma. Dificil es entender esto fuera de la Orden del Temple, pero  hay cosas que no se entienden con la Mente Inferior-Kama Manas- sino con la Mente Superior que es apertura a la transcendencia.

Que no nos engañemos, sin apertura al hermano no hay subida a los cielos. No hay transcendencia sin inmanencia, no hay Dios sin nuestro hermano el Hombre.

Non Nobis

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