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El Ciclo De Nuestra Existencia |
Publicaciones Orden de Sion - Reflexiones Espirituales | |||
Escrito por María de Aquitania | |||
Lunes, 28 de Enero de 2013 00:00 | |||
Autor: Hno. A.L.+
En Juan, 4, 35-38, y de manera resumida, se nos aclara cuál puede ser el ciclo de nuestra vida, y si extendemos, por ejemplo a la fabricación del humilde y necesario alimento, que es el pan e indicamos todo el proceso de fabricación como se hacía hace no demasiados años, hasta que aparecieron las maquinarias agrícolas, era como sigue: 1.- Uno dueños compraban el terreno.
2.- A continuación se araba el terreno; era tarea dura y difícil, pues los surcos tenía que ser rectos y paralelos. 3.- A continuación venía una de las tareas más difíciles de realizar, que era el sembrar con la mano, pues como nos dice el Evangelio, el sembrador tenía que extender la simiente de tal forma que cayera dentro del terreno, ya arado, y de tal forma que los granos tenían que caer de forma bien extendida, para evitar “calvas” o al contrario, que los granos cayeran muy juntos, disminuyendo el rendimiento.
4.- Regar de tal forma que el agua, bien escaso, se extendiera por igual por todo el hazado.
5.- Segar y formar los haces. Trabajo duro debido a la incomodidad de la postura y el sol pegando fuerte.
6.- Barcinar, que consistía en cargar los haces sobre el carro reforzado con varales y llevarlo al lugar donde había que trillarlo, formando lo que se llamaba la parva.
7.- Extender la parva y trillar.
8.- Una vez trillada, había que rejuntar la para, en forma de montículo. Era un trabajo desagradable, ya que los tra- bajadores hacía de parapeto, llegándole el polvo de la tri- lla hasta el mismo cuello. 9.-Aventar, es decir, echar al viento el grano y la paja, para separarlos.
10.-Meter el trigo en sacos y mediante animales de carga, llevarlos al almacén correspondiente.
11.- Del almacen, llevarlo al molino, para sacar la harina, por un lado, y el salvado por otro.
12.- Del molino llevarlo al panadero, labor que había que hacer manualmente. Era una labor pesada, puesto que había que trabajar mucho la masa. A continuación, se llevaba al horno, encendido con leña, generalmente de pino.
13.- Y ya por último, una vez cocido, se llevaba a la tienda pa- ra su venta.
Hermanos, como habéis podido observar, me he detenido, quizá demasiado en las tareas de fabricación del pan, y lo he hecho a conciencia, pues si un alimento tan humilde requiere tal cantidad de trabajo y no fácil de realizar, cuanto de difícil será, incluso para el Padre Celestial el hacer que todo el Universo “funcione” tan increíblemente sincronizado. Supongamos que en las anteriores faenas, resulta que el dueño del terreno no encuentra cuadrilla de segadores; el estropicio es enorme, porque toda la labor se descompone retrasándose peligrosamente el resto de faenas, con la probabilidad de una corta pero intensa “gota fría”, de lluvia.
(continuará)
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