Autora: Hna. N.P.+

Con demasiada frecuencia a causa de las actividades y preocupaciones con las que nos encontramos, nuestra vida tiende a tomar una dirección que nos aleja cada vez más de nuestro deber. Nos olvidamos que permanecemos sobre la tierra poco tiempo, que tendremos que dejar aquí todas nuestras adquisiciones materiales, así como nuestros títulos y nuestra posición social. Esto todo el mundo lo sabe pero también todo el mundo lo olvida, y nos dejamos arrastrar por los ejemplos que vemos a nuestro alrededor, por eso es indispensable hacer una pausa para mirar atrás y analizar la dirección que estamos tomando, que tenemos que tener en cuenta la finalidad para la que hemos sido creados, revisar nuestros actos cada día y saber reconocer nuestros errores para poder rectificarlos.

Cuando se nos presentan dificultades  debemos comprender y entender que mensaje nos trae, el mensaje de Dios es muy claro, solo hace falta entender porque todo tiene una razón de ser, que tiene que ocurrir porque ahí encontraremos muchas respuestas a nuestras preocupaciones, es por eso que debemos estar en la mejor disposición para entender estos mensajes que nos son enviados tan claramente y nunca perder la serenidad, solo necesitamos ser consientes y obrar de forma adecuada ante cada situación.

Necesitamos de calma en nuestras mentes, paz en nuestros corazones, equilibrio y orden en nuestro interior, que muchas veces no nos lo da el mundo exterior, para poder asimilar todo lo bello que nos ofrece la vida a través de este camino.

Las personas ocupan la mayor parte de su tiempo pensando en las cosas que pudieron obtener y que no logran entender que todo lo que uno obtiene, sin vida espiritual no tiene sentido y que en resumen ese apego nos arrastra hacia otros malos sentimientos como la avaricia, el egoísmo, etc.

Tenemos que dominar  nuestro caballo, que a cada momento trata de salir y que cuando una persona esta despertando a la vida espiritual se hace mas presente cada vez y en la medida que aprendamos a dominarlo, también aprendemos a ver al Cristo que hay dentro de nosotros y que tenemos que sacarlo en cada momento y ayudar al mundo  para estar preparados para todos los cambios que vienen y se dan en esta vida terrenal.

Como  templarios tenemos que estar atentos para servir a los planes del Cristo y que todas nuestras actitudes demuestren que somos verdaderos templarios, sin decirlo.

Debemos ser estandarte de paz sin que para ello tengamos que tolerar la injusticia, las cosas que hagamos cada día sirvan para elevar nuestra conciencia y podamos encontrar la sabiduría y la iluminación.

Todo se puede conseguir obrando adecuadamente, todos tenemos nuestro Santo Grial el cual debemos descubrir dentro de nosotros para ser verdaderos guardianes y soldados del Cristo, estando atento a sus llamados, muchas veces en las cosas cotidianas, solo así se puede encontrar la verdadera felicidad que es la que nos da el espíritu, porque la felicidad que nos dan las cosas  materiales es una felicidad ficticia, momentánea que se pasa así como pasan las cosas materiales.

Como personas somos capaces de obtener muchas cosas que nos propongamos, con el fruto de nuestro trabajo pero no hay felicidad mas grande que la que sentimos con todo aquello que Dios nos brinda y regala con la vida espiritual.

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